4 formas de mejorar la validez del contenido de los exámenes

Imagen destacada de un estudiante en un ordenador del laboratorio realizando una evaluación que garantiza la validez del examen.

Tanto si es usted un educador como un empresario, es crucial asegurarse de que está midiendo y evaluando las capacidades y los logros adecuados de forma ética, precisa y significativa. Si quiere asegurarse de que sus alumnos están bien informados y preparados, o si quiere asegurarse de que un posible empleado o miembro del personal es capaz de realizar tareas específicas, tiene que proporcionarles el contenido de examen o evaluación adecuado.

Para que un examen o una evaluación cumplan su propósito con precisión y sin sesgos, tienen que medir objetivamente lo que se supone que deben medir. En otras palabras, sus pruebas deben ser válidas y fiables.

¿Qué es la validez de un examen?

La validez de la evaluación informa de la exactitud y fiabilidad de los resultados del examen. Para poder utilizar los resultados con confianza y ética, hay que garantizar la validez y fiabilidad del examen.

Validez significa que un test mide lo que se supone que debe medir y no incluye preguntas sesgadas, poco éticas o irrelevantes. La validez está específicamente relacionada con el contenido del test y con lo que está diseñado para medir. 

La fiabilidad, sin embargo, se refiere a la consistencia de una prueba a la hora de producir resultados estables. Por ejemplo, si un grupo de estudiantes realiza una prueba para medir la alfabetización digital y los resultados muestran dominio, pero vuelven a hacer la prueba y fallan, entonces puede haber inconsistencias en las preguntas de la prueba. La evaluación está produciendo resultados poco fiables. En otras palabras, los resultados de sus pruebas deben ser reproducibles y coherentes, lo que significa que debe ser capaz de evaluar a un grupo o a una persona dos veces y obtener los mismos resultados o casi los mismos.

Cuatro formas de mejorar la validez y fiabilidad de las evaluaciones

Por suerte, hay formas de diseñar el contenido de las pruebas para garantizar que sea preciso, válido y fiable. Tenga en cuenta estos componentes básicos a medida que avanza en los cuatro pasos clave:

  • Validez del contenido - Saber qué se quiere medir y asegurarse de que el test no se desvía de ello;
  • Criterios de validez - evalúa hasta qué punto el test mide el contenido;
  • Validez de constructo - comprobar si el test mide realmente el contenido correcto o si mide otra cosa;
  • Fiabilidad - asegúrese de que la prueba se puede reproducir y de que puede obtener resultados coherentes si el mismo grupo o la misma persona volviera a realizar la prueba en un breve periodo de tiempo.

Los consejos que figuran a continuación pueden servirle de guía a la hora de crear sus exámenes o evaluaciones para garantizar que tengan un contenido válido y fiable.

1. Identificar el propósito de la prueba estableciendo objetivos SMART 

Antes de empezar a elaborar las preguntas de su prueba, debe definir claramente la finalidad y los objetivos del examen o evaluación. Para ello estableciendo objetivos SMART. SMART significa:

  • Específicos;
  • Mensurable;
  • Alcanzable;
  • Relevante;
  • Con límite de tiempo.

Como puede ver, los objetivos SMART incluyen algunos de los componentes clave de la validez de las pruebas: mensurabilidad y relevancia. Si crea objetivos de test SMART que incluyan resultados medibles y relevantes, se asegurará de que los resultados de su test puedan reproducirse. Esto le servirá de guía a la hora de crear las preguntas del test.

Por el camino, puede que descubras que las preguntas que se te ocurren no son válidas ni fiables. Puedes diferenciar estas preguntas volviendo a tus objetivos SMART. Esto incluye identificar los aspectos específicos del test y lo que quieres medir, como el contenido o los criterios. 

Tenga en cuenta a quién va dirigida la prueba y cómo pueden percibir determinadas lenguas. Además, delega cuántas preguntas quieres incluir o cuánto tiempo quieres que dure la prueba para conseguir los resultados más precisos sin abrumar a los encuestados. Si establece estas cosas con antelación y define claramente sus objetivos, podrá crear una prueba más válida.

2. Medir las competencias adecuadas

Cuando diseñes un nuevo examen, también es importante que te asegures de saber qué habilidades o capacidades necesitas evaluar en función de la situación. Por ejemplo, si impartes una clase de alfabetización informática, debes asegurarte de que tu examen contiene las preguntas adecuadas para determinar si tus alumnos han aprendido o no las destrezas que necesitarán para ser considerados alfabetizados digitalmente.

O, si está contratando a alguien para un puesto directivo en TI, debe asegurarse de que posee las aptitudes para el puesto.. Su evaluación debe incluir preguntas que evalúen con precisión las competencias que van más allá de los requisitos básicos del puesto. Incluya algunas preguntas que evalúen las habilidades de comunicación, la empatía y la autodisciplina. Del mismo modo, si usted es un educador que está proporcionando un examen, debe considerar cuidadosamente de qué trata el curso y qué habilidades deben haber aprendido los estudiantes para asegurarse de que su examen evalúa con precisión esas habilidades.

3. Priorizar la accesibilidad, la equidad y la objetividad

A la hora de ofrecer una evaluación, también es importante garantizar que el contenido de la prueba sea lo menos sesgado posible. Esto significa que debe ser accesible y equitativo. Por ejemplo, si estás evaluando si alguien tiene o no las habilidades adecuadas para ser programador informático pero incluyes preguntas sobre su raza, dónde vive o si tiene una discapacidad física, estás incluyendo preguntas que abren la oportunidad de que los resultados de la prueba sean sesgados y discriminatorios. Esto puede dar lugar a que alguien sea excluido o suspenda por razones equivocadas, o incluso ilegales. Si alguien es una persona de color o va en silla de ruedas, por ejemplo, eso no tiene nada que ver con si es o no un buen programador informático. 

También es crucial tener en cuenta el contenido de la prueba para asegurarse de que no excluye involuntariamente a ningún grupo de personas. Por ejemplo, una evaluación evaluación objetiva en la enseñanza superior tendrá en cuenta a algunos estudiantes que necesitan adaptaciones o tienen estilos de aprendizaje diferentes. No es justo crear una prueba sin tener en cuenta a los estudiantes con discapacidad, sobre todo teniendo en cuenta que sólo un tercio de los estudiantes con discapacidad informan a su universidad sobre su discapacidad. estudiantes con discapacidad informan a su universidad. En lugar de dar por sentado que los que hacen tu test viven sin discapacidades, esfuérzate por hacer que cada pregunta sea accesible para todos. Utiliza lenguaje inclusivo, términos sencillos cuando proceda, adaptaciones para lectores de pantalla y todo lo que se te ocurra para ayudar a todos a acceder y realizar tu examen por igual.

4. Realizar un análisis y una revisión de la prueba

Por último, una vez creado el test, debe realizar una revisión y un análisis antes de distribuirlo a sus alumnos o futuros empleados. Para revisarlo, puede pedir a sus colegas o a otros expertos que le echen un vistazo. Que otras personas revisen el test puede ayudarle a detectar cualquier problema que no haya detectado usted mismo.

También hay programas que pueden analizar las preguntas para garantizar su validez y fiabilidad. Si alguna pregunta no encaja o es irrelevante, el programa indicará que debe eliminarse o, tal vez, reformularse para que sea más pertinente.

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Crear exámenes y evaluaciones que sean más válidos y fiables es esencial tanto para el crecimiento de los estudiantes como para el de los trabajadores. Si no examina con precisión las cosas correctas, puede afectar negativamente a su empresa y a sus empleados o dificultar el desarrollo educativo de los estudiantes. También es importante revisar y actualizar periódicamente las pruebas a medida que cambian las necesidades, así como ofrecer apoyo y comentarios después de la prueba.

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